El tema de mi intervención, lejos de alumbrar verdades reveladas o magistrales, es sólo agendar descriptivamente (sin juicios definitivos de valor) temas que hacen referencia no sólo al derecho agrario, tema que integró algunos intercambios personales reflexivos que tuve el privilegio de compartir con Gustavo, nos unía una central preocupación por estimular el pensamiento crítico y el ejercicio metódico de la duda para discernir entre el orden jurídico del “deber ser” con la del orden “empírico” que la realidad económica, ambiental y social impone en un campo complejo de múltiples miradas. Nuestra época transita una aguda impugnación a la actividad productiva agraria (desde amplios sectores del pensamiento ecologista y de algunos sectores urbanos informados parcialmente) y como responsables del deterioro ambiental de suelos y aguas y como emisores de GEI.
